A menudo me preguntan por qué las personas sentimos predilección por una piedra preciosa u otra y qué gema o joya pueden adquirir para meditar sobre ella, ayudándoles a conseguir sus propósitos.
Entonces, yo les pregunto: ¿Qué intención queréis proyectar detrás?
A la hora de escoger una joya no solamente ha de llamarnos la atención por su estética, sino por la connotación y las propiedades que ésta tiene a la hora de ser llevada como amuleto-joya.
Si bien es cierto que cada estación del año viene cargada de unas energías distintas, la Primavera se caracteriza por un renacer interno que se refleja externamente. Es pura explosión de colores, vitalidad y renovación de intenciones. Por ello, gemas como los cuarzos y las ágatas aportan la calidez propia de la Primavera, cuando el sol comienza a brillar en lo más alto calentando nuestro planeta y sacando a relucir nuestra vitalidad. Tenemos ganas de hacer cosas, de brillar, estamos más enérgicos y eufóricos.
Como mamá, a menudo he de energizarme de una forma extra para poder con el día a día y éstas son cinco de mis gemas preferidas para conseguirlo y que os recomiendo tener por lo menos una de ellas:
El ónix ( negro) : es la gema de la fuerza y perseverancia. Combínalo en pendientes o como charm intercalado en alguna pulsera o collar. Ideal para combinar con todos tus looks por su color neutro.
El Cuarzo rosa: la gema del amor y la compasión, que abre el corazón y es profundamente sanadora emocionalmente. Como madres no acostumbramos tanto a recibir como a dar. Por eso, esta gema perfecta para recordarnos volver a nuestro centro y querernos de forma incondicional. Solamente cuando nos amamos a nosotros mismos, somos capaces de amar a los demás.
La Turquesa (azul): es una gema orgánica conocida por sus propiedades de salud, balance e intuición. Está conectada con el chakra de la garganta , también de color azul, conocido por ser el de la comunicación.
Cornalin (roja)a: gema de proteción, estabilidad y vitalidad. Ayuda a promover los cambios y a alejarte del miedo y la zona de confort.
Ágata azul: la piedra de la compasión y la aceptación. Su color te ayuda a volver a estados de calma solamente mirarla, recordándote que no has de ser tan dura contigo misma.