Hace unos días os avancé por redes sociales algunas pistas de la historia de mi familia. Algunos estáis más familiarizados con mi apellido porque me seguís desde hace muchos años cuando trabajaba en el negocio familiar, dedicado a la importación de perlas cultivadas.

Otros, en cambio, me habéis conocido más tarde a raíz del lanzamiento de mi página web www.patriciaarla.com donde presenté mis propias colecciones de joyas inspiradas en el yoga y la espiritualidad, con las piedras preciosas de color como protagonistas. Mi lema siempre ha sido «embellecer por fuera y energízate por dentro» y ello ha sido posible gracias a la combinación de mis dos actividades: el yoga y la gemologia.

La historia de mi familia se remonta a hace más de 60 años cuando mi tatarabuelo y bisabuelo, Antoni Arlà, inauguraron un pequeño despacho en la mítica Rambla de Barcelona para atender a sus clientes. Para entonces, abrieron mercado en España, viajando a Amberes, la capital del diamante, e importando piedras preciosas.

Más adelante, mi abuelo Antoni, junto con sus dos hermanos pequeños, entraron en el negocio y tras muchos años de experiencia al lado de su padre abrieron un despacho en los edificios Trade de Barcelona. Eran los años 60 y, además de importar diamantes introdujeron las perlas cultivadas Para ello, mi abuelo viajó a Japón con todo lo que ello entrañaba en aquella época. Muchos vuelos, trenes y también algunas desdichas, entre ellas la guerra, que le hizo tener que reabrir el negocio varias veces.

Curiosamente, cuando era niña siempre me explicaba que fue gracias a un diamante dentro del bolsillo que pudo pasar la frontera y comenzar de nuevo a construir su empresa. Así, nos convertimos de los primeros en España en importar perlas cultivadas y durante muchos años mi familia estuvo presidiendo la Asociación de importación de Perlas Cultivadas con mucho orgullo.

Años más tarde, mi padre junto con sus dos primos cogieron el relevo a la anterior generación y abrieron más mercado viajando a Australia, Tahití y Hong Kong, donde se concentraba buena parte de las subastas de perlas cultivadas. Recuerdo aquellos años gloriosos donde se vendían centenares de collares de perlas y de cómo los confeccionaban artesanalmente en el despacho, seleccionando cada perla cuidadosamente.

En la década de los 90 entré yo en juego al empezar a trabajar primero como aprendiz preparando los pedidos a nuestros clientes y más tarde asistiendo a las ferias estatales y también internacionales viajando a ciudades como Turquía, Munich y Hong Kong, entre otros. Pasé unos años preciosos disfrutando mucho de mi trabajo y estudiando gemolog´ia al mismo tiempo. Todas aquellas experiencias fueron nutriéndome generándome una gran apertura mental y años más tarde fuimos ampliando las líneas de negocio trabajando con cadenas de portales de venta y e-commerce teniendo en cuenta cuál era la tendencia del mercado.

Años más tarde empecé mi propio negocio primero offline para dar el paso a la apertura de mi tienda online. Aquí es donde hace justo un año empezó todo con el lanzamiento de la página web www.patriciaarla.com y estamos de primer aniversario. Así que mi marca es muy joven pero respira un linaje familiar de mucha experiencia y notoriedad, de la que me siento muy orgullosa de poder formar parte. Estudiar gemologia ha sido sin duda uno de los mayores aciertos de mi vida y además me ha brindado grandes amig@s, que me inspiran y ayudan a seguir creciendo creando cosas maravillosas siempre. Gracias también a mi familia por animarme a continuar aprendiendo y a que una actividad que de niña me era tan familiar se haya convertido en mi actual pasión.

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